POR TEKI DE PALMA
FOTOS FRANCISCO BEDESCHI

La intensa y bella inmensidad del territorio patagónico se transformó en el contexto perfecto para la práctica de una actividad tan espectacular como el wakeboard. Todo lo que sucedió en Villa El Chocón, Villa Pehuenia y San Martín de los Andes, un wake-trip espectacular.

El tour comienza en las instalaciones del Bairex Wakepark, un cable para la práctica de wakeboard de 180 metros de largo que te remolca de una punta a la otra sobre un espejo de agua con obstáculos (rampas, sliders y funbox). Allí, las dos camionetas, las dos lanchas, el winch y un equipo de 10 personas entre riders, staff y cámaras, arrancamos el viaje de más de 3.000 kilómetros que fue para todos uno de los mejores wake-trips que tuvimos la suerte de formar parte: una semana de wakeboard en los espectaculares lagos y arroyos del sur argentino. Los riders seleccionados para este tour éramos Fede Bruland, Alejo De Palma, el “Ardilla” Borrello y yo.
Nuestro primer destino fue Villa El Chocón, ubicado sobre el inmenso embalse Exequiel Ramos Mejía, de más de 800 kilómetros cuadrados, en el límite provincial entre Neuquén y Río Negro. Durante tres días recorrimos el embalse con las lanchas y donde encontrábamos un buen lugar apropiado, hacíamos algunas tomas y fotos. Primero fue debajo de Los Gigantes, unas paredes de piedra colorada de más de 70 metros de altura que contrastaban con el azul intenso del agua, un oasis para la práctica de wakeboard. Además, en las partes más abiertas, donde el viento entraba con más fuerza, el “Ardilla” Borrello se tiró a hacer una increíble sesión de kite.
Dentro de una de las bahías del embalse se encuentra la marina del Parque Náutico El Chocón, donde pudimos hacer un poco de wakesurf y winch (malacate a motor que te arrastra a la velocidad de una lancha) que usábamos para saltar las boyas y botes que estaban fondeados delante del muelle de amarre. El último de los tres días en Villa el Chocón arrancamos a las 7 de la mañana nuevamente rumbo a Los Gigantes para hacer las tomas con los primeros rayos de luz del día con las dos lanchas, viajando al mismo tiempo desde el helicóptero R44. La Posada de los Dinosaurios fue el lugar de descanso después de los largos días de madrugadas, riding y filmaciones.
El quinto día nos dirigimos bien temprano hacia Villa Pehuenia, ubicada en el centro-oeste de la provincia de Neuquén, a unos 310 kilómetros de su capital, donde el paisaje iba cambiando de forma y colores a medida que avanzábamos. Cuando comenzamos a recorrer las pronunciadas subidas y bajadas de la ruta, sacamos los longboards de la camioneta y nos pusimos a surfear el pavimento ya que la ruta era muy poco transitada, salvo por una gran manada de vacas que en un momento ocuparon los dos carriles. Muy divertido.
En el horizonte ya se podían ver las cumbres todavía nevadas de algunas montañas y en zonas cercanas a la ruta se advertían unas manchas blancas sobre el terreno, que eran las capas de hielo que quedaron del invierno. En Primeros Pinos termina el asfalto y comienzan los 66 kilómetros restantes de ripio para llegar a Villa Pehuenia. En éste último tramo, las araucarias aparecen en pequeños bosques de forma aleatoria o sobre la orilla de algún río que alimenta a los lagos de la zona. Y el primer lago de origen glaciar que vemos es el Alumine, rodeado de bosques de pinos y una gran variedad de árboles de todo tipo.
El pueblo tiene sus calles de tierra y una zona comercial con bares y restaurantes donde nos atendieron muy amablemente. Una gran parte de las construcciones son de madera que le dan ese toque cálido y distinto respecto a lo que acostumbramos ver en una ciudad. La cabaña que nos tocó tenía una de las vistas más increíbles del lago, al menos así nos pareció. Preparamos un asado al mediodía mientras veíamos, desde el deck, las islas y las playas de arena que se forman en el lago, siempre con las montañas de fondo. Una imagen casi indescriptible.
Logramos tomas increíbles, nuevamente con el helicóptero y desde otra lancha. También utilizamos una de las camionetas como “gap”, usando una piragua apoyada en el frente de la camioneta y que usábamos de rampa para saltarla de punta a punta remolcados por el winch. Nos divertimos mucho haciendo este tipo de inventos porque íbamos improvisando con lo que teníamos al alcance. Y la gente local se acercaba a sacar fotos y a conocer un deporte poco común como es el wakeboard en esta parte del sur, pero que se asimila mucho al snowboard, muy practicado en esta región.
Durante los últimos días del wake-trip nos dirigimos al último destino: San Martín de los Andes, 214 kilómetros al sur de Villa Pehuenia. Ya arribados, nada nos frenó para seguir buscando lugares y disfrutar en cualquier espejo o charco de agua. El día que llegamos a San Martín encontramos un point para el winch que fue de lo más divertido y que generaba adrenalina. Era un pequeño arroyo con, con un desnivel de 1,70 metros, que formaba una pequeña cascada y que luego continuaba unos 20 metros hasta dividirse en tres túneles que seguían el curso del arroyo pasando por debajo de la ruta hasta salir nuevamente formando otro salto de 1,5 metros, donde aterrizábamos y terminábamos el recorrido de casi 300 metros de longitud.
Más tarde fuimos a hacer una demostración al Lacar, un lago increíble pegado a la ciudad de San Martín, rodeado de enormes montañas boscosas que te hacían sentir diminuto. Allí la Prefectura local nos ayudó con las cámaras y la seguridad, pero el fuerte viento impidió que pudiéramos seguir adelante. Entonces sacamos la lancha del agua y volvimos a la cabaña para armar el bolso y prepararnos para la despedida en el Golf & Resort de San Martín con una tremenda picada, pizzas, empanadas, vinito y unas cervezas para cerrar un viaje inolvidable.
Descansamos el último día antes de volver a Buenos Aires. Quiero agradecer a quienes nos acompañaron e hicieron posible que todo salga muy bien, además de lo divertido que fue compartirlo con todos ellos: Mariana y Diego, de Branding Ideas, Luciano Chedrese, Vito Victorica y el “Pela” Brenner con el manejo y la lancha y los cámaras Mariano Puppo y Rama Nobrega y a Chevrolet. Por último, también saludo a los mejores riders de la Argentina: Alejo De Palma, Fede Bruland y el “Ardilla” Borrello.
Hasta el próximo tour.
Teky.

 

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