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El restaurante Tinto Bistro posee lo más difícil, aquello que lleva tiempo y años conseguir: calidad gastronómica directamente asociada con su denominación. Abrió, originalmente, en Villa La Angostura en el año 2002. Desde 2008 también funciona en Bariloche, en el Hotel Panamericano.

En el casi infinito universo de la gastronomía, Tinto Bistro es un nombre habituado a los elogios, máxime en el ámbito culinario regional, en Bariloche o en Villa La Angostura, ciudad en la que abrió sus puertas en 2002. El lugar (la “marca” Tinto Bistró, se puede suponer) moderno, gourmet y contemporáneo, con platos pensados con un criterio que se puede definir como “cocina internacional de autor”, ofrece sabores bien personalizados, que se complementan con una selecta carta de vinos que incluye muchas de las mejores etiquetas del país. La barra y los tragos suman para que el ambiente, decorado con un estilo vintage que recuerda la década del ´60, sea aún más cálido. La música lounge, apropiadísima, realza la idea, que se consuma de manera constante.
Damián “Termy” Mondino (wine manager), Leandro Andrés (chef ejecutivo) y Martín Zorreguieta (alguna vez barman del Club Social de San Isidro), sus propietarios, explican que la idea de poner en funcionamiento un Tinto Bistró en Bariloche (que inauguró en 2008) respondió a una especie de “necesidad empírica”: mucha gente viajaba para cenar en la cercana localidad neuquina. “Nos pareció, además, que ese era el momento indicado para hacerlo, ya que no había una propuesta gastronómica como la nuestra en Bariloche”, cuentan. También para comenzar a ofrecer servicios corporativos, otro de los motivos por los cual decidieron instalarse en la ciudad.
El restaurante Tinto Bistró de Bariloche, ubicado en el Hotel Panamericano, posee la ventaja de contar con la capacidad de hospedaje del hotel y de sus salones de convenciones; tiene entrada independiente, capacidad para atender 96 cubiertos y ofrece, como su homónimo de Villa La Angostura, una delicada selección de manjares estilo bistro francés, entre otras propuestas que reconocen orígenes en los más recónditos rincones del globo. Mondino, Andrés y Zorreguieta coinciden en que no es posible destacar un producto por sobre los demás ya que “no se trata de una cocina de producto”, analizan. “El sabor es la característica más destacada de la cocina de Tinto Bistro. Cada una de las propuestas, a partir del concepto mismo, es imaginada y elaborada sin jamás perder de vista las diferentes improntas e identidades que cada plato, por su origen, implica. Si bien es cierto que el toque francés es perceptible, en Tinto Bistro también se pueden encontrar influencias gastronómicas de todo el mundo, sin encasillar nuestra cocina en ninguna en particular. Los curries de la casa, que se realizan con pastas de curry caseras, se inscriben dentro de esta característica”, agregan.

La carta de Tinto Bistro se actualiza de manera constante con el objetivo y la pretensión de sorprender a los comensales con los “especiales del día”, que incluyen innovaciones que proceden de diversas tradiciones culinarias del planeta: “En el menú se pueden encontrar desde un cordero al vino tinto con cous cous hasta un ceviche, pasando por un salteado oriental, langostinos agridulces y picantes, curries indios o tailandeses o un ojo de bife con papas rusticas y salsa criolla. De todas formas, hay dos cartas distintas según se trate de invierno o verano”, especifican. Los nombres de los platos que figuran en la carta utilizan el humor y la ironía, circunstancias que en absoluto puede considerase azarosas. “La denominación de los platos, y la carta en general, reflejan la actualidad, la de Tinto Bistro, la del país o la de algún integrante del staff. La idea siempre es tratar de llegar al cliente con un mensaje o una noticia; o simplemente conseguir que sonrían mientras leen y deciden que plato habrán de elegir. Logramos, de esta manera, una relación más informal y relajada con el cliente. Y esta situación se logra porque la gastronomía circunstancialmente se torna aburrida porque las cartas incluyen platos con descripciones para muchos incomprensibles. Con una denominación simple se puede indicar el origen del plato y también su idea o su concepto”, explican.

Damián, Leandro y Martín admiten que les gusta establecer un tipo e atención particular al momento de aproximarse a los clientes, a quienes a su vez les agrada entablar contacto directo con los responsables del restaurante. “Ser amigos de nuestros comensales es una de nuestras más amplias satisfacciones. Además es la única manera de mantener el estilo y la calidad que pretendemos, acorde con nuestras expectativas, y de ofrecer un servicio profesional, respetuoso, cálido e informal para un público siempre exigente que quiere comer muy bien y pasar un buen momento”.
El nombre Tinto Bistro, más allá de las bondades gastronómicas que sugiere, admite el relato de una pequeña historia que le da sustento. La narración, además, se vincula con ciertas peculiaridades criollas, sobre todo al enfatizar la potencia descriptiva de un adjetivo inconfundible como “tinto”. “Los argentinos somos bebedores de vino tinto desde siempre. Incluso la palabra “tinto”, en nuestro país, es casi una invitación. Es como decir ” ¿tomamos un tinto?”. Tiene tanto peso como el de otro de nuestros hábitos tradicionales: es como decir ” ¿tomamos unos mates?”. Ambas, variantes, además, sugieren la idea de reunión, de amigos, de momentos amables. En 2002, cuando abrimos en Villa La Angostura, quisimos reflejar la pasión que tenemos por el vino: por lo que implica para el paladar y como generador de momentos inolvidables relacionados con la familia, las amistades o las celebraciones”, dicen. Tinto Bistró es también la “casa” Johnnie Walker en Bariloche. La cerveza es Warsteiner.

Tinto Bistro espera. Para inevitablemente regresar o ir por primera vez. Sus dueños, mientras tanto, dudan (es casi imposible no hacerlo, por otra parte) pero finalmente se deciden y optan por recomendar el cordero al vino tinto con “cualquiera de los curries”; si se trata de un trago, el Meteoro (vodka, azúcar, menta, jengibre y jugo de naranja); de postre, el Spice Market (cake tibia de manzanas, crema helada y tamarindo). Si la cuestión es el vino, las posibilidades son inmejorables: “Nuestra carta tiene más de 180 etiquetas de todas las regiones vitivinícolas de la Argentina para ofrecerle a los clientes la posibilidad de conocer cómo se hacen vinos en todas las regiones del país. Generalmente incluimos los vinos icónicos de cada bodega y el vino que, de acuerdo a nuestro criterio, observa la mejor relación precio-calidad”.

Sugerencias ocasionales
– Hot Mamitas: endivias gratinadas con frutos de mar,
salsa de puerros y curry verde.
– Rolling Herbs: roll de salmón ahumado a las hierbas, papas con crema de hinojos braseados y pesto de piñones.
– Pulp Fiction: escabeche de pulpo y zanahorias, papas y coulis de pimientos.
– Monde bistrot: jamón crudo y verdes, mermelada de setas y veluoté de cebollas e hinojos.
– Pellizco satánico: langostinos panizados, verdes, brotes y aderezo thai pícante.
– Sin pasaportes: pasta seca, queso azul, alcauciles y espinaca. Hinojos a la griega y pesto de piñones.
– Smoking latino: lomo de ternera con queso ahumado fundido. Cake de quinoa, mix de tomates y coulis de cebollas. –

TINTO BISTRO
Av. San Martín 570.
Bariloche – Río Negro.
Reservas: (02944) 42-6159
bariloche@tintobistro.com
www.tintobistro.com

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