Salvador de Bahía es la ciudad más antigua de Brasil, la capital del estado de Bahía y una de las principales ciudades y centros culturales. Conocerla es un placer para los sentidos: por sus profundas raíces africanas que se mezclan con la influencia de los portugueses y de los pueblos originarios; sus playas cristalinas; deliciosa gastronomía; la batucada, el samba y la capoeira.
Texto: Revista AIRE
PH Portada: Gentileza @suspiro.viajante
Ubicada al noreste de Brasil, baña sus costas en el Océano Atlántico. Salvador de Bahía posee un poderoso valor histórico y un fascinante entramado de culturas diversas que sirven de escenario para la enorme lista de atractivos turísticos. Como dice Caetano, esta ciudad es “beleza pura”.
La historia de Brasil tuvo inicio en la Bahía. Salvador fue la primera capital del país hasta el año 1.763. Llamada en su fundación “San Salvador de Bahía de Todos los Santos” la ciudad fue descubierta por sus colonizadores en 1.510, cuando un barco francés naufragó en tierras bahianas. Alrededor del año 1.536 el rey de Portugal, João III, dividió las tierras brasileras en Capitales Hereditarias. Francisco Pereira Coutinho ganó parte de Salvador y desembarcó allí en seis naves con una comitiva de 10 mil personas para fundar la ciudad de “São Salvador”.
Hoy es una metrópolis con casi tres millones de habitantes. Centro económico del estado, es un puerto exportador, centro industrial, administrativo y turístico, alberga diversas universidades y una base naval en Aratu.
El Estado conserva un rico patrimonio cultural en sus iglesias, museos y casas antiguas. En Salvador hay muchas atracciones de renombre mundial como el Mercado Modelo, el Elevador Lacerda, el Farol da Barra y el Pelourinho (centro histórico de la ciudad) declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Bahía es la tierra de todos los Santos, rituales y mitos
Uno de los primeros asombrosos comentarios que recibirá quien visite por primera vez Salvador de Bahía es que la ciudad posee 365 iglesias: una por cada día del año. ¿Alguien habrá constatado este mito? Lo cierto es que ofrece una bellísima colección de obras de arquitectura religiosa, entre las más conocidas y visitadas está la Iglesia do Senhor do Bonfim, con sus millones de cintas multicolores que representan promesas de sus fieles y la Iglesia de San Francisco, bañada en kilos oro, ubicada en el Pelourinho.
En Bahía siempre suena un instrumento
Una de sus más típicas manifestaciones culturales populares es el Axé que se originó en los años 80 en el Carnaval de Salvador. El término Axé proviene un saludo religioso del Candomblé y Umbanda que quiere decir energía positiva. Aun se puede visitar la escuela de danzas “Olodum” ubicada en el corazón del Pelurinho, que obtuvo reconocimiento mundial gracias a que Michael Jackson rodó con ellos, en las calles del centro histórico, su video “They don’t care about us”.
La danza posee raíces africanas, en cualquier espacio como plazas o playas se puede disfrutar de la Capoeira, una mezcla de arte marcial, danza y acrobacia que se acompaña de ritmos musicales del berimbau, instrumento de cuerda angoleño. Salvador es cuna de músicos inmensos, por eso siempre vibran sonidos en el aire: samba, bossa nova, forró, MPB (música popular brasilera).
Sus playas
Salvador de Bahía es un paraíso tropical con kilómetros de playa. Algunas de las más recomendadas son: la Isla de Itaparica, un pequeño paraíso tropical que se encuentra a 25 minutos en catamarán de la ciudad; el Morro de São Paulo, en la isla de Tinharé, una pequeña aldea llena de encanto, tranquilidad y sin circulación de vehículos; Porto Seguro, con 90 kilómetros de playas y museos que presentan los orígenes de Brasil o Itapuá, donde se puede visitar la casa donde vivió Vinicius de Moraes.
La Línea Verde es la carretera que une Salvador con el estado de Sergipe. Son 142 kilómetros asfaltados y con una buena señalización que discurren bordeando la costa, con inmensos cocoteros, lagunas, cascadas y dunas. En el camino, están Arembepe, paraíso hippie de los años 60; Imbassaí, parada obligatoria, con baños de agua dulce y salada; Barra do Itariri, pequeño poblado de pescadores, con dunas, marismas y arrecifes; Praia do Sítio, la más animada y la que dispone de una mayor infraestructura hotelera; Conde, llamada “pantanal baiano”; y Praia do Forte, la que está más de moda y que es sede del Proyecto Tamar de preservación de tortugas marinas. La Línea Verde termina en Mangue Seco, ya en el estado de Sergipe.
Gastronomía
El pueblo se alimenta de ricas herencias que definen el carácter único de su cultura. Tradiciones culinarias traídas por los colonos portugueses se integran con los sabores de las etnias africanas llegadas durante la época de la esclavitud y con las milenarias costumbres de los indígenas de la región. El resultado es una cocina llena de color, muy especiada y con intensos sabores, basada en técnicas de guardan secretos aún para los gourmet más avezados.
El plato típico es el acarajé, se trata de una galleta hecha de masa de frijol frito, cebolla y sal, y frito en aceite de palma. La moqueca es un plato de origen africano que en Bahía tiene como ingrediente principal el dendê, casi siempre preparado con frutos del mar. Otras delicias tradicionales populares: bobó de camarão, zarapatel, buchada de bode, vatapá y caruru. No olvide, probar con moderación, pues como dicen los bahianos “es fuerte, mi rey”.
En la paradisíaca Praia do Forte se emplaza el Proyecto Tamar para la conservación de tortugas marinas.(Foto: elpais.com.uy)
Carnaval
Bahía es una fiesta durante todo el año, aunque el Carnaval de Salvador (en febrero) es una de las mayores fiestas del mundo a la que se pueda asistir. En Bahía el carnaval comienza seis días antes del miércoles de ceniza, o sea un jueves por la noche. La atracción principal del carnaval son los “trios elétricos”, enormes camiones con luces y sonido, arriba de los cuales cantan y bailan los artistas convocados. Cada año se espera que asistan unos dos millones y medio de espectadores al Carnaval.
Visitas imperdibles:
El barrio colonial de Pelourinho es parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Su nombre significa “picota” y es una columna de piedra colocada en un lugar público del pueblo donde eran castigados y expuestos los criminales. Esa carga dolorosa que abatió a los esclavos africanos que habitaron la Bahía colonial se entremezcla con rústicas calles adoquinadas, estallidos de color en las fachadas restauradas y palacios del siglo XVII. Un recorrido para hacer a pie, una y otra vez.
La Iglesia de San Francisco de Asís está ubicada en el Pelurinho (como tantas otras que se descubren al caminar el barrio). Fue construida en el siglo XVI y es uno de los principales monumentos de la época colonial brasileña. Su opulento interior está decorado con 100 kilogramos de oro y azulejos enviados desde Portugal en 1743.
El Elevador Lacerda es un ascensor público del siglo XIX, ubicado en el barrio de Comércio, que conecta la Ciudad Baja con la Ciudad Alta y se considera uno de los principales atractivos de Salvador de Bahía. Desde sus torres de 72 metros de altura se aprecia la espectacular bahía de Todos los Santos.
Cómo llegar
El Aeropuerto Internacional Dep. Luis Eduardo Magalhães se encuentra a 28 kilómetros del centro de Salvador. Buses y taxis lo conectan con el casco urbano.
Barco, tren, autobús o vehículo son opciones a evaluar por los visitantes de acuerdo a gustos y distancias. Esta metrópolis ofrece todas las opciones para llegar a visitarla.
Dónde alojarse en Salvador de Bahía
Las mejores zonas para alojarse son Pelourinho, Barra, Ondina, Rio Vermehlo, Comércio, Stella Maris y Flamengo por su cercanía a las playas y a los principales atractivos turísticos. Para más información, estos son sitios oficiales a consultar: