[vc_row][vc_column][vc_empty_space height=”10px”][vc_custom_heading text=”TXT: Cintia Soldatich
PH: @aire.life” font_container=”tag:h6|text_align:left” google_fonts=”font_family:Lato%3A100%2C100italic%2C300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal”][vc_column_text]Los primeros kayaks fueron utilizados por los Inuits, también conocidos como Esquimales, para cruzar de Siberia al Ártico. Se calcula que es la embarcación más antigua que aún se utiliza ya que tiene más de 4.500 años.
La Patagonia, con sus increíbles espejos de agua, es uno de los lugares predilectos para la práctica de esta disciplina que suma nuevos adeptos cada verano.
1-Ayuda a estar en forma y hacer ejercicio: es una excelente práctica para el sistema cardiovascular, con cada palada aumenta la frecuencia cardíaca y con ello el corazón y los pulmones se hacen más fuertes. Además, se trabajan muchos músculos no sólo los centrales sino de las piernas, ya que para girar el kayak se realiza bastante fuerza.
2- Reduce los niveles de estrés: estar contacto con la naturaleza es muy relajante, comparado con otros deportes, pocos se desarrollan en medios tan tranquilos y solitarios.
3- Llegar a lugares poco explorados: Al ser un medio de transporte más accesible, muchas personas cruzan lagos o llegan a islas para descubrir playas paradisíacas y tranquilas.
Hacer kayak permite abrir la mente, mejorar la salud y, sin dudas, explorar nuevos lugares. Sin embargo, esta actividad, como cualquier otra que se realice en un medio natural, debe practicarse de manera segura. Por eso, resulta imprescindible: usar siempre chaleco salvavidas, conocer el pronóstico meteorológico antes de salir, llevar un silbato y botiquín de primeros auxilios, entre las principales.
Fotos: Aire.life (Locación: El Hoyo, Chubut).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_media_grid grid_id=”vc_gid:1614792243988-3352bba5-db66-6″ include=”17446,17447,17448″][/vc_column][/vc_row]