Se define fotógrafa, diseñadora gráfica, naturalista y guía intérprete ambiental. Y como astrofotógrafa, Melisa Quintero explora algo más que el diurno paisaje patagónico.
Texto: Revista AIRE
Fotos gentileza @ojosideral.natureph
“Vastas soledades
Panteras de polvo
Huella de infinito
Ojo sideral”.
Pedro Aznar
Melisa Quintero vive en la localidad de Los Antiguos, provincia de Santa Cruz, desde hace poco más de un año. Antes ya había decidido rumbear para el sur, impulsada por un giro en su vida personal que la puso de cara con su auténtico deseo. Apasionada por el arte tanto como por los viajes, de tanto andar se topó con la oscuridad y el hipnótico magnetismo de los cielos patagónicos nocturnos. Así nació su amor por la astrofotografía.
-¿Cómo surgió tu elección por la fotografía como profesión?
-Creo que yo no la elegí, ella me eligió. Una amiga de mi primera infancia vivía junto a su mamá fotógrafa dentro del estudio donde, además, trabajaba: ¡era fascinante! Cuando en mi casa apareció una cámara empecé a jugar con ella; para mis 15 años recibí otra de regalo y, más adelante, con los viajes comencé a practicar un poco más.
En 2013 me diagnosticaron una enfermedad crónica así que ahí empezó un cambio de rumbo y comencé a viajar. Me compré una cámara analógica (que era para lo que daba mi economía en ese entonces) y junto a otra pocket empecé a experimentar y a aprender sobre fotografía. Fue un golpe muy duro regresar del médico al trabajo con la evaluación y encontrar que ya me habían despedido. Esto me empujó a salir completamente de la rutina. Empecé a investigar un poco más, compré la cámara digital (la que tuve hasta hace poco) y así fue como me volqué a la fotografía. Me captaron los paisajes, me gustaba poder retratar todos esos momentos que estaba viendo y viviendo.
-¿Qué particularidades tiene la astrofotografía o fotografía nocturna que la hace tan cautivante?
– Muchas personas que viven en grandes ciudades no están acostumbradas a ver un cielo nocturno, –por la contaminación lumínica-, y cómo se aprecian las estrellas o la Vía Láctea desde un pequeño pueblo.
En lo personal, me dedico a la astrofotografía y cuando comparto con la gente que se suma a las salidas nocturnas logro mostrarles qué pasa cuando otros están durmiendo y nosotros, despiertos, salimos a capturar esas imágenes. Por último, creo que lo más increíble es que estamos fotografiando el mismísimo Universo.
-¿Cómo es para vos la experiencia de hacer fotos en la naturaleza?
-Lo más complejo es adaptar mi tiempo al de la naturaleza. Hay factores como el frío, la lluvia, si está nublado o la luz no es la ideal, o si los animales que iba a ver no se presentaron, esperar horas un momento particular…Es mera paciencia. Sin embargo, cuando saco “esa” foto que me llevó 15 horas de estar sentada esperando, o tuve que caminar 8 horas seguidas, se me llena el alma. De todos modos, el hecho de estar en contacto con la naturaleza es lo mejor que me llevo al final de todo.
-¿Considerás que hay un vínculo entre lo femenino y la noche que podés mostrar con tus fotografías?
-Sí, ¡claro! La luna, los ciclos naturales…todo está vinculado con lo femenino. Hace poco conseguí un librito editado en 1901 que se llama “Astronomía de las damas” que me dio curiosidad porque actualmente una podría pensar “¿por qué las mujeres tendrían que tener un libro para aprender astronomía?”, como diferenciadas del hombre para ese estudio. Para mi sorpresa este libro cuenta que, en realidad, las mujeres necesitan un libro dedicado a ellas porque tienen otra sensibilidad para captar la naturaleza y lo astronómico, muy mayor a la del hombre o que el hombre no tiene. Y el libro postula que la astronomía es totalmente para las mujeres. Contrariamente, somos muchas menos mujeres que hombres en cualquier género de la fotografía de paisajes. Y en astrofotografía, menos todavía.
-Contanos tres lugares de la Patagonia que te hayan sorprendido por su belleza.
-El Chaltén en primer lugar… te vuela la cabeza. En Santa Cruz hay un montón de rincones que me sorprenden, sin ir más lejos, el lugar donde vivo, Los Antiguos; toda la zona del Cañadón del Río Pinturas es fabulosa no solamente por sus paisajes sino por su historia y Lago Posadas, un lugar muy pequeño pero que tiene unos paisajes imponentes, salvajes y hostiles a la vez por el clima. Es hermoso.
-¿Qué es Ojo Sideral?
-Es un emprendimiento móvil y vivo, como un alter ego mío, todo lo que me gusta hacer está plasmado ahí. El nombre surgió antes de empezar a hacer fotografía, así que es paradójico que después haya terminado haciendo astroturismo y fotografía nocturna, sin siquiera haberlo imaginado en ese entonces.
La fotografía nocturna es una disciplina en la que, además de la práctica de la paciencia, invita también a otras cosas. Por ejemplo, al ser por las noches implica estar alejados. Yo salgo generalmente sola y me enfrento sobre todo al miedo, no es fácil estar solo en el medio de la oscuridad. ¡Pero también nos da grandes premios! En mi caso, el más importante fue poder ver un puma en medio de la noche, sola, arriba de la Meseta del Lago Buenos Aires y con luna llena. Para mí ese fue el mejor regalo que recibí de la fotografía nocturna.
-¿Estás organizando viajes fotográficos?
-Sí, los hago en la zona en donde vivo y en otros lugares de la Patagonia. La gente se suma a estas experiencias. Además estoy preparando una serie de reels para aprender fotografía nocturna, allí pueden complementar esos saberes y estar más preparados para cuando armamos estos viajes.
Más info:
IG @En el corazón de la Patagonia (guía de atractivos en el NO de Santa Cruz)